La cinta definida en una palabra: Éxtasis
Vorspiel, el preludio de más de doce
minutos de la ópera Tristán e Isolda
del egregio compositor alemán Richard Wagner, es la presumible banda sonora de Melancolía (Melancholia). Ya de entrada
este es un magnífico motivo para ver la cinta del genio danés Lars Von Trier.
Presentada en el Festival de Cannes
2011, Melancolía es un filme apocalíptico que explora los sentimientos y las
acciones de una familia en vísperas del fin del mundo.
Por siglos el planeta Melancolía había
estado oculto detrás del sol, pero ahora se aproxima hacia la Tierra con
grandes y terribles probabilidades de estrellarse contra ella.
Lars Trier convirtió un lugar común
del cine y la televisión (el fin del mundo) en una obra maestra. Sensibilidad,
hipnotismo, angustia y melancolía, son elementos esenciales que hacen de la
cinta el drama más memorable de los últimos años. Tan sólo la secuencia de
imágenes que precede la historia es digna de los más importantes galardones. Es
una cátedra de fotografía, una clase magistral de sensibilidad visual, una
interminable gama de matices arraigados al espíritu.
La sutileza con que se tocan cada uno
de los aspectos de la película (la boda, la enfermedad de Justine, la
resignación de Michael, la pasividad del esposo de Claire y la angustia de
Claire) es absolutamente sublime. Y las actuaciones de Kirsten Dunst (Justine)
y Charlotte Gainsbourg (Claire) no hacen sino exaltar una historia ya de por sí
deslumbrante. Además, qué se puede decir de la profunda y melancólica
composición de Wagner (Vorspiel). Melancolía
es, desde cualquier perspectiva, una obra maestra del cine de todos los
tiempos.
Con está película no se puede esperar
el tipo de apocalipsis multitudinario al que solemos estar avezados. El
apocalipsis tratado en Melancolía es
mas bien personal, cimentado en la complicidad de cuatro personajes. No debo
dejar de resaltar los detalles existencialistas (que tanto me seducen) del
drama; mientras Claire angustiada por el exterminio se lamenta con el paso de
las horas, Justine no padece más que un tenue sentimiento de melancolía por el
mundo, para ella es preferible la destrucción de un planeta inmerso en la abyección
del ser humano.
Lars Trier ofrece con su cinta la
posibilidad de indagar más allá de las convenciones de la vida ¿Qué si un
planeta se impactara contra nosotros?
Melancolía es un trabajo de imaginación
pura imprescindible, con el cual es lícito contener la respiración y evitar el
parpadeo.